RECUERDOS Y AÑORANZAS

Hoy alguien me ha traído sin darse cuenta ni quererlo, unos recuerdos preciosos. He leído un pequeño comentario sobre una carpeta llena de folios amarillos.

Yo también tuve esa carpeta, ese pequeño escondite donde guardaba mis más íntimos deseos. Allí se encontraban reunidos mis mas anhelados sueños, mi lloros y quejas, mis suplicas de amor y compasión. Un puñado de folios escritos con mala letra, esa letra que únicamente tenemos cuando dentro de nuestra desesperación intentamos expresarnos.

Todavía la recuerdo, era negra. Siempre la llevaba conmigo porque no me fiaba de nadie, era mi secreto. Tal vez parezca una tontería, pero somos muchos los que sin saber expresarnos directamente, utilizamos la escritura como vía de escape. Si mal no recuerdo, yo empecé a crear esa carpeta con apenas 12 años. Era mi forma de escapar, de crear un mundo a mi medida donde no me harían daño. Un mundo en el cual estaba protegida, donde podía pensar y hablar sin miedo a nada.

A día de hoy, muchas veces me pregunto donde estará aquella carpeta llena de folios amarillentos ya por el paso de tiempo. Supongo que me reiría de cómo fui de niña o tal vez no, tal vez siga siendo la misma y siga teniendo las mismas preocupaciones ¿Quién sabe?

De todas formas, este pequeño pensamiento se lo dedico a mi carpeta. A mi mundo secreto. Y por supuesto, a todas aquellas personas que siguen teniendo o han tenido en algún momento de su vida, una carpeta llena de folios amarillos.

¡¡¡MENUDAS SEMANITAS!!!

Güenas, cuanto tiempo ¡!!! Siento haber faltado durante estos días, pero he estado realmente ocupada. Llevo tres semanas sin parar, pero han merecido la pena.
Puedo contaros por ejemplo, que he vivido situaciones tensas, tristes e incluso inimaginables para una chica tan normalita como yo. También tuve situaciones embarazosas, comprometidas y encantadoras. Aún así, todas necesarias e inolvidables.
¿Quién le iba a decir a una cría como yo, que a estas alturas de la vida, se reiría como una auténtica quinceañera?

Pues es lo que hay. Estoy encantada de la vida, he conocido a gente realmente maravillosa. Ese tipo de gente que no conoces de nada y de repente sabes que la quieres tener cerca tuya toda la vida. Me he introducido en un mundo nuevo, un mundo al que no pertenecía, pero del que ya no creo que salga en mi vida. He aprovechado para tomarme unas cañitas en una terracita de verano, para jugar al mediodía al chinchón, para compartir una comida llena de risas y tonterías, para quitarme las gafas que ocultan mi cara y dejar que el sol le diese brillo a mis ojos. (que no son verdes, por cierto…)

Tambíen hubo momentos malos, pero sinceramente, no me apetece hablar de ellos. No merece la pena recordarlos, de todas formas, no arreglaré nada. Además, lo más importante que he podido hacer estos días, es aprender, que es una tontería preocuparse por nada, te quita tiempo de diversión y te amarga la vida.

Para finalizar, os hablaré de mi gran logro. He vuelto a patinar después de 14 añitos sin tocar los patines, jajaja y no me he caído. Lo que os dije, como volver a tener quince añitos. Ahhhh, se me olvidaba, que sepáis que tengo el guapo subido, o por lo menos eso es lo que me han dicho. (normal, si dejasen de decirme todos los días los piropitos de turno, pues ….)