martes, 6 de julio de 2010

Poniendo orden

Llevo años observando, intentado leer la mente de los que me rodean. Intentado a cada mirada, palabra y gesto, averiguar que hay en sus corazones...

Supongo que es algo que he ido adquiriendo y arraigando en mi a lo largo del tiempo. En cierto modo, es algo normal entre los tímidos como yo, y más cuando esa timidez llega a ser extrema.

No hablamos ni opinamos acerca de nada ni nadie. Solamente observamos. En algunos momentos, cuando tras un largo periodo, cogemos confianza... empezamos a hablar y cada uno utiliza su táctica. La mía es muy simple, todo teatro. Soy quien no soy, me gusta lo que no me gusta y actuo de forma muy contraria a como la haría con los que realmente me conocen. A eso comúnmente le llamamos tener una fachada. Me hace gracia, según mi mejor amiga, la mía es de hormigon del bueno.

Ahora todo cuadra, durante un par de años pensé que no podía escribir porque estaba bloqueada y no encontraba nada que me llamase. No era por eso. Estaba cometiendo mi mayor error, mostrarme tal y como soy. Eso hacía que fuese más sociable, que siempre hubiese tema de conversación donde participara, que la gente se acostumbrase a mi voz y opinión. Incluso cuando no quería hablar porque no me apetecía, me sentía culpable.
Por suerte, empiezo a ser la que era. Hoy ha quedado confirmado, he vuelto a dar la imagen que tengo que dar, a poner el muro de hormigón donde le corresponde, ante mí.
He de reconocer, que a veces flaqueo. Que me gustaría que algunas personas me quisieran conocer, que me preguntasen y poder mostrar como soy realmente, incluso he dado pie a ello. Aunque tampoco debo de ser tan interesante, pues todo quedo en eso, en un amago. Gracias a ello supe reaccionar y poner ese muro entre esas personas y yo. Por una parte, me da pena, supongo que hubiese estado bien.

Lo importante es que por fin he vuelto a escribir. He vuelto a ese maravilloso juego que consiste en descifrar las almas de los que me rodean. A sacar aquello que sienten e incluso aquello que ellos se ocultan a sí mismos.
Llego, pongo el muro y mientras ellos opinan y observan sobre el, yo sigilosamente les observo. y los descubro.

Interesante ¿verdad?. Mientras empiezo a poner orden a todo esto, en mi cabeza ya rondan muchas ideas que llevar a cabo. Algo queda claro, en esta vida todo tiene un precio... y mis relatos valen por una vida en silencio.
 

Viviendo en mi burbuja © 2008. Chaotic Soul :: Converted by Randomness