domingo, 26 de enero de 2014

REFLEXIONES EN EL COCHE



Era tarde, probablemente alguna hora perdida ya de la madrugada. Voy en el coche, dirección a casa y todavía me queda mucho camino por delante, pero de pronto me entró una sensación de paz repentina....

Tengo claro que he cambiado, me veo más madura, más consciente y mucho más libre que hace un tiempo. Creo por primera vez en mi vida estoy haciendo lo que realmente quiero, sin dar explicaciones, sin miedos.
Ahora decido sin pensar en nadie, actúo por mi misma y tengo una seguridad que nunca supe ni tan siquiera que existiese.

Nunca creí que fuese verdad aquello que me decían sobre eso de llegar a cierta edad y de pronto verte en tu mejor momento. Creo que ya ha llegado y ahora realmente estoy en mi mejor momento, se lo que quiero y lo pido, sin miedo, sin culpas.

Para colmo ahora tengo que sumarle algo más... Le quiero y creo que siempre ha sido así. Pensaba que era un enamoramiento de cría, luego pensé que era un capricho y finalmente intente convencerme de que simplemente era alguien importante en mi vida y nada más.

Pues me equivoqué. Le quiero, tanto que le necesito en mi vida. Se que también me quiere, incluso puede que más de lo que yo me imagine. Mucha gente lo tiene muy claro, siempre lo tuvo muy claro y yo siempre dudé de ello.
Conduciendo, con esa sensación de paz, es como abrir los ojos por sorpresa y darte cuenta, de que da igual lo que pase, el tiempo que nos separemos, da igual todo... ambos queremos al otro en nuestra vida.
No me preguntéis porque cada uno esta por su lado, probablemente los dos tengamos tanto tanto miedo....
Pero da igual, ambos estamos ahí y ninguno quiere irse. Ninguno se apartará. 

Puede parecer una locura, pero así soy feliz. Tal vez si estuviésemos juntos fuese más feliz, o tal vez no.
Pero se que él está ahí y el sabe que yo nunca le dejaré y eso nos hace felices, vivir tranquilos y quien sabe lo que pasará en un futuro. No creo que nunca me arriesgue a tener nada más y no es porque no le quiera con locura, todo lo contrario, le quiero tanto, me hace sonreír y ser feliz, aparece justo cuando más le necesito, que por nada del mundo me arriesgaría a perderlo. 

Dicen que vale más pájaro en mano que ciento volando.... pues sí. Prefiero tener su sonrisa como amigo, que ser su pareja y romper la magia que existe entre nosotros.

Por fin he aprendido lo que es amar...esto es AMAR.

viernes, 10 de enero de 2014

COMO CAMBIAN LAS COSAS

Me gusta mirar al cielo, ver las nubes amontonándose unas tras otras, los pájaros volando en formación ordenados perfectamente. Recuerdo que de pequeña cuando los veía pasar formando una v, siempre había alguien que gritaba "eso es que va a llover, cuando vuelan así, anuncian lluvia", que recuerdos.

Ver hormigas voladoras también anunciaba lluvia y si a alguna de las abuelas le dolían los huesos, significaba que iba a cambiar el tiempo. Siempre había una respuesta para todo. Y si no, saltaba tu madre con eso de "por que lo digo yo y punto".

Y en momentos como estos, es cuando me miro al espejo y me veo mayor. Sigo mirando el cielo, pero ahora soy yo la que grito lo de la lluvia cuando veo a los pájaros. A las abuelas, les duelen los huesos a todas horas, cambie o no el tiempo, y mamá ya no está para dar su cierre típico y tajante. Ups se me olvidaba, las hormigas voladoras ahora no las soporto, aggg.

No penséis que me invade la nostalgia, es que me jode hacerme mayor. Ya no puedo esconderme detrás de mi hermano cuando me meto con alguien, ni hacer pucheritos para que me perdonen si meto la pata en algo. La vida ahora es algo más que ir al cole, o preocuparse que tendremos de comida en la mesa. Ahora toca ser adulto, pensar en el trabajo, responsabilidades, imprevistos.

Hay una cosa que me supera por encima de tooooodas las demás. Mi inseguridad.

Si, esa también ha crecido, tanto o más que yo incluso. De cría no me preocupaba hacer amigos, tenía a los míos. Sabía perfectamente que siempre estarían  ahí, sin fallar. Eramos un grupo fuerte y eso estaba sellado a fuego. Podías ser sincera en todo, tus amigos nunca te odiarían por decirles las verdades, como mucho te mandaban un rato a la mierda, pero siempre volvían después. 
Salías a la calle sola, sin miedo, sabes que siempre encontrarías a alguien con quien entretenerte. Llegabas a casa agotada de tanta vida social y queriendo meterte en la cama solamente a dormir.

Eso ha cambiado. Cuando te haces mayor, empiezas a tener miedo a confiar en las personas, tus amigos ya no son tantos ni tan sagrados. Dudas de que vayan a estar ahí siempre (no de todos, pero casi de todos). Dejas de creer en la fuerza de la palabra y aprendes que las verdades a la cara, ya no gustan tanto.
Pasas de salir sola, sabes que te aburrirás y dudas de encontrarte con alguien. Llamas para hacer planes, pero llegado a este punto, cada uno tiene su vida y cada vez es más difícil.

Pero lo peor de todo, es llegar a casa. Llegas tan cansada como cuando eras pequeña, simplemente que de currar y sobre todo, de aguantar gilipolleces varias de un montón de gente que te rodea por que te ha tocado así (toma lotería). Y no hay nadie para hablar, ni para cenar, ea la cena te la haces tu. Joe, de peque soñabas con tener tu casa para vivir sola y hacer lo que quisieras, y cuando la tienes de mayor, odias estar sola y no tienes ganas de hacer nada de nada. 

Y ahí, justo en ese instante, te da miedo. Miedo pensar en la soledad, en estar así por el resto de tu vida, en perder a esos pocos amigos que tienes y no tener nunca más con quien hablar mientras tomas café. 

Así que lo podemos llamar miedo, inseguridad, nostalgia, etc. que la idea principal viene a ser, cachis que me he hecho mayor y esto no es como pensaba. 

¿Dónde está la máquina del tiempo, please?
 

Viviendo en mi burbuja © 2008. Chaotic Soul :: Converted by Randomness