RECUERDOS Y AÑORANZAS

Hoy alguien me ha traído sin darse cuenta ni quererlo, unos recuerdos preciosos. He leído un pequeño comentario sobre una carpeta llena de folios amarillos.

Yo también tuve esa carpeta, ese pequeño escondite donde guardaba mis más íntimos deseos. Allí se encontraban reunidos mis mas anhelados sueños, mi lloros y quejas, mis suplicas de amor y compasión. Un puñado de folios escritos con mala letra, esa letra que únicamente tenemos cuando dentro de nuestra desesperación intentamos expresarnos.

Todavía la recuerdo, era negra. Siempre la llevaba conmigo porque no me fiaba de nadie, era mi secreto. Tal vez parezca una tontería, pero somos muchos los que sin saber expresarnos directamente, utilizamos la escritura como vía de escape. Si mal no recuerdo, yo empecé a crear esa carpeta con apenas 12 años. Era mi forma de escapar, de crear un mundo a mi medida donde no me harían daño. Un mundo en el cual estaba protegida, donde podía pensar y hablar sin miedo a nada.

A día de hoy, muchas veces me pregunto donde estará aquella carpeta llena de folios amarillentos ya por el paso de tiempo. Supongo que me reiría de cómo fui de niña o tal vez no, tal vez siga siendo la misma y siga teniendo las mismas preocupaciones ¿Quién sabe?

De todas formas, este pequeño pensamiento se lo dedico a mi carpeta. A mi mundo secreto. Y por supuesto, a todas aquellas personas que siguen teniendo o han tenido en algún momento de su vida, una carpeta llena de folios amarillos.