martes, 2 de noviembre de 2010

Restos

Hoy es el primer día que me atrevo a escribir aquí desde que llegué a Manchester. Muchas otras veces lo intenté, pero no tenía valor. No sabía como expresar lo que se encontraba dentro de mi cabeza... eran tantas cosas. Desde mi última entrada han pasado mil historias y anécdotas, unas divertidas y otras catastróficas. He pasado por tanto en tan poco tiempo, que ni tan siquiera yo misma encontraba palabras para describirlo.

Ahí fuera esta lloviendo a mares, no paro de escuchar el incesante golpeo de las gotas empujadas por el viento, contra el cristal del ventanal. Es gracioso, tantas veces soñé con una gran buhardilla para mí, una de esas con grandes ventanales que me acercasen al mundo mientras yo encerrada huía de el...

Ya lo tengo. Sin saber cómo, lo he conseguido. A decir verdad me paso las horas muertas aquí dentro. Hoy por ejemplo, ha tocado día de reflexión. Necesitaba poner ciertas ideas en orden dentro del caos que hay en mi cabeza.

Por fin he admitido algo que quizás ya sabía desde el primer día que pisé este país.
Ya no tengo corazón. O bueno, mejor dicho si lo tengo, pero no conmigo. Lo he dejado en España. Me vine con mi cabeza, esa a la que últimamente le consiento que maneje mi total voluntad. No permití que mi corazón me guiase en ninguno de mis pasos, esta vez no podía asumir el riesgo que supondría fiarme de ese diminuto músculo que tantos sinsabores me ha otorgado.

Aunque como de costumbre, me he vuelto a equivocar. No supe o no tuve la suficiente fuerza, para dejar allí mi corazón al completo. Me explico, es como cuando se quema una vela... La dejas arder poco a poco, consumirse mientras pasa el tiempo y cuando creemos que ya no queda nada, que el fuego arrasó con todo, miramos en el fondo y vemos un pequeño trocito de mecha junto a unas gotas de cera. Apenas son nada, pero siguen siendo restos. Pues a mi corazón le paso lo mismo, quise olvidarlo todo allí. El fuego fui yo misma, con mi comportamiento. Ufff, que complicado explicar todo esto.

Lo intentaré. Fui dura para ganarme el odio de los demás, me inventé una gran fachada que demostrase mi frialdad y para terminar, durante un tiempo antes de abandonarlo todo, jugué al gato y al ratón. Se que parece una locura, pero creí (a veces soy demasiado ilusa), que siendo así no tendría tanto apego a nada ni nadie, el día que realmente desapareciera. Muchos creen que fue una decisión de un día para otro, pero realmente llevaba mucho tiempo planeándolo y a su vez, empezando a despegarme de ciertas cosas.
Fui quemando momentos, sentimientos, personas... relaciones. Como una vela, poco a poco. Y llegó el día, ese día en el que me hallaba con plena certeza de haber destruido todo, de una forma diplomática claro está.

Pues no señores, como intentaba explicar anteriormente, nada puede ser tan fácil. Pero aún así hizo falta recorrer miles de kilómetros, irme a otro país, para ver los restos de la vela en el fondo del vaso.

Y ahora, me encuentro con restos de un corazón que no quería tener aquí. Con restos que cada día sollozan interiormente pidiendo juntarse con su otra gran parte abandonada allí, y no puedo hacer nada. Solamente ver como lloran día a día y anhelan algo casi imposible.

No hay comentarios:

 

Viviendo en mi burbuja © 2008. Chaotic Soul :: Converted by Randomness